En los debates, Suiza pedirá a la UE que regule la inmigración en determinados segmentos de sectores económicos. Este país europeo sólo tiene tiempo hasta febrero para celebrar un referéndum vinculante en 2014 que exigirá frenar la entrada de extranjeros a una nación cuya población ya es extranjera en un 25 por ciento. Sin embargo, una prohibición total de la inmigración obstaculizaría un conjunto de pactos económicos bilaterales que están interrelacionados, según los cuales Suiza consintió en permitir el movimiento irrestricto de personas. El periódico SonntagsZeitung cita a Johann Schneider-Ammann, presidente de Suiza, en una entrevista que no se puede obtener mucho con una serie de números. Según él, su misión era proteger los sectores riesgosos en ciertos sectores de la economía mediante la fijación de límites. Por otro lado, la UE sostiene que no puede tolerar ningún obstáculo al libre movimiento de personas según los pactos bilaterales. Las conversaciones de la UE con Suiza quedaron a un lado debido al referéndum británico celebrado en la cuarta semana de junio. Tras la ansiedad de la UE tras la salida de Gran Bretaña, los funcionarios suizos se sienten preocupados por llegar pronto a un acuerdo. Antes de que la UE se vaya de vacaciones, Suiza quiere poder determinar el rumbo de las negociaciones, añadió Schneider-Ammann.