Canadá flexibilizará las regulaciones de visas para los viajeros mexicanos a partir del 1 de diciembre con la condición de que el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, garantice que los ciudadanos mexicanos no inundarán su país en busca de estatus de refugiados. Según funcionarios del gobierno, el gobierno federal está dispuesto a volver a implementar restricciones si el número de personas que solicitan asilo supera un nivel establecido. Esta medida se produce incluso cuando los funcionarios de Ciudadanía e Inmigración se oponían a ella. Advirtieron que las malas condiciones de vida en México, junto con su lamentable historial en materia de derechos humanos y el aumento de las tasas de criminalidad, harán que los mexicanos busquen refugio en Canadá. Estos funcionarios también temen que las personas que buscan asilo de otras naciones latinoamericanas y desean ingresar a Canadá puedan aprovechar el endeble sistema de pasaportes de México sin necesidad de pasar por rigurosos controles de visa en Canadá. Sugirieron al gabinete que aliviar las restricciones de visa daría lugar a 3,500 solicitudes de asilo en 2017, que llegarían a 6,000 en 2018 y 9,000 el año siguiente. Mientras tanto, México advertirá a sus ciudadanos que viajen a Canadá que obtener el estatus de refugiado en ese país sería difícil y que deben cumplir con las leyes de ese país cuando vayan allí. El Globe and Mail, citando a un alto funcionario del gobierno, dijo que se estaban asegurando de que fueran ellos quienes tuvieran la responsabilidad de asegurarse de que su viaje fuera legítimo.