Publicado el Octubre 19, 2009
El Renacimiento en Europa tenía una enorme deuda con los inventos que Marco Polo (1254-1324), su padre Niccolò y su tío Maffeo trajeron a Venecia después de sus veinticuatro años de viaje por China: "[A su regreso de China], Los tres Polo recibieron el respeto de sus conciudadanos, y Marco recibió especial atención. "Todos los jóvenes iban todos los días continuamente a visitar y conversar con Messer Marco", afirmó Giambattista Ramusio, "que era muy encantador y amable, y para Le pregunté sobre asuntos relacionados con Cathay (China) y el Gran Khan, y él respondió con tanta amabilidad que todos se sintieron en cierta manera en deuda con él. "Es fácil entender por qué Marco llamó la atención.
No se puede subestimar la importancia de los inventos que trajo de China, o que describió más tarde en sus Viajes. Al principio, los europeos miraron estas maravillas tecnológicas con incredulidad, pero finalmente las adoptaron. "El papel moneda, prácticamente desconocido en Occidente hasta el regreso de Marco, revolucionó las finanzas y el comercio en todo Occidente. "El carbón, otro artículo que había llamado la atención de Marco en China, proporcionó una fuente nueva y relativamente eficiente de calor a una Europa hambrienta de energía. "Los anteojos (en forma de lentes esmerilados), que algunos relatos dicen que trajo consigo, fueron aceptados como un remedio para los problemas de visión.
Además, las lentes dieron origen al telescopio -que a su vez revolucionó las batallas navales, ya que permitía a los combatientes observar los barcos a gran distancia- y al microscopio. Doscientos años después, Galileo utilizó el telescopio -basado en la misma tecnología- para revolucionar la ciencia y la cosmología al apoyar y difundir la teoría copernicana de que la Tierra y otros planetas giraban alrededor del Sol. "La pólvora, que los chinos habían empleado durante al menos tres siglos, revolucionó la guerra europea cuando los ejércitos cambiaron sus lanzas, espadas y ballestas por cañones, arcabuces portátiles y pistolas. "Marco también trajo regalos de naturaleza más personal. La paiza dorada, o pasaporte, que le dio Kublai Khan lo había ayudado a superar años de viajes, guerras y dificultades. Marco lo mantuvo quieto y lo haría hasta el final de sus días.
También trajo de vuelta a un sirviente mongol, al que llamó Pedro, un recordatorio viviente del estatus que alguna vez había disfrutado en una tierra lejana. "En definitiva, es difícil imaginar el Renacimiento -o, en realidad, el mundo moderno- sin el beneficio del ejemplo de transmisión cultural entre Oriente y Occidente de Marco Polo". Laurence Bergreen, Marco Polo, Knopf, Copyright 2007 de Laurence Bergreen, págs. 320-321.
Tags:
Compartir
Consíguelo en tu móvil
Recibe alertas de noticias
Contacto Eje Y